Yo soy de Canadá y crecí entre una familia Cristiana. Aprendí acerca de Dios cuando era niño y supe que quería servir a Dios de alguna manera, pero no sabía cómo. Cuando terminé con mis estudios de prepa, asistí a un instituto Bíblico por 3 años, y aunque todavía no sabía cómo iba a servir a Dios, fui a trabajar y servir en un campamento Cristiano durante los meses de las vacaciones de verano. Después de graduarme del instituto Bíblico, me ofrecieron un trabajo de tiempo completo en el campamento Cristiano donde había trabajado antes, aunque todavía sentí que quizás Dios quería que sirviera en la misiones. Durante este tiempo, tomé ventaja de participar en varias oportunidades de viajes de misiones de corto plazo. Casi me comprometo a una asignación de un año en las misiones, pero por varias razones no terminé aceptando esa oportunidad.
Durante estas etapas de mi vida, a veces me sentía con mucha ansiedad, luchando con la decisión acerca del siguiente paso, pero lo que no me había dado cuenta era que Dios me estuvo preparando para el plan que tenía para el futuro. Estuve aprendiendo lo que significaba ser amado por Dios y de poder rendirme a Él. Y resultó que, mi vida tomó una vuelta inesperada cuando una vez participé en un viaje de misiones de corto plazo con un grupo del mismo campamento donde yo había trabajado por tantos años. En ese viaje, visité por primera vez a México y una puerta abrió para servir en un centro misionero que hospeda a grupos que vienen en los viajes de misiones de corto plazo. Así es como yo empecé a servir a Dios fuera de mi país.
Disfruté mucho la oportunidad de aprender la cultura y el idioma y hacer amistades y después de varios años, el Señor abrió otra puerta para servir en un centro de capacitación Cristiana para personas que desean servir en un ministerio. Esta oportunidad abrió todo un rumbo nuevo en mi vida y oportunidades para servir a Dios en maneras que jamás hubiera podido imaginar. He estado sirviendo en el Centro Educativo Cristiano por 7 años ya, enseñando y ayudando con la administración. Nunca hubiera podido verme haciendo todo lo que estoy haciendo, pero no quisiera estar en ningún otro lugar. Dios ha guiado mis pasos continuamente y ha confirmado vez tras vez lo que dice en Jeremías 29:11, “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes—afirma el Señor.” Yo creo esta promesa con todo mi corazón y ¡no quisiera hacer ninguna otra cosa sino servirle a Él!